Aunque la música y la ingesta de cerveza hacia parecer aquello una fiesta, las lagrimas y el llanto ahogado de decenas de adolescentes, indicaban que se trataba de un cortejo fúnebre camino al cementerio, donde seria sepultado el cadáver del joven Yonquino López, cuya muerte se produjo a causa de un Edema Pulmonar cuando era operado de un quiste en la garganta en la Plaza de la Salud.
Yonquino era un joven dinámico que contaba con muchas admiradoras y el cariño de sus hermanos, quienes parecieron haber perdido la mitad de su vida; sin embargo su madre no pudo estar presente en el velatorio debido a que reside en el exterior y supuestamente aun no tiene sus documentos legales.
El cadáver fue paseado en el Centro el Pueblo e hicieron varias paradas en Centros de Diversión y para finalmente dirigirse a Sabana Grande de Boya donde fue sepultado.
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