En materia penal “La tentativa se condena como el hecho” el joven cuya foto aparece encabezando esta noticia fue víctima de un atentado criminal por parte de hombres que indignamente visten el uniforme de la Policía nacional, portan armas y exhiben placas e insignias, bajo cuyo amparo dejaron por muerto a una persona que paradógicamente resultó ser hijo del mayor activo de la institución del orden público. Juan Francisco Acevedo (Guario).
Ha transcurrido mas de un mes, desde que una patrulla de la policía comandada por el primer teniente Roberto Polanco Lorenzo masacró con diabólico salvajismo hasta romperle una pierna, producirle varias rupturas en la cabeza, abnesia parcial, perforarle el intestino delgado, destrozarle parcialmente el rostro y hacerle perder el conocimiento al joven John Marlyn Acevedo de 24 años, sin embargo la jefatura de la uniformada mantiene a estos monstruos dentro de la institución, como si nada malo hubieran hecho.
La señora Eduviges Martínez de Acevedo, madre del joven, narró al periódico El Observador que el 29 de octubre, fecha en que se produjo la tentativa de asesinato contra su hijo, comenzó a vivir su peor pesadilla, toda vez que tiene en su mente grabadas las imágenes de su vástago bañado en sangre y debatiéndose entre la vida y la muerte, producto de la brutal golpiza que recibió de los policías.
Por su parte John Marlyn Acevedo explicó que la noche del 29 de octubre se dirigía a su casa ubicada en el sector las 10 Casitas, donde reside junto a sus padres el mayor Acevedo y la señora Eduviges, luego de haber compartido unos tragos en Prada Discotec.
Añade, que, de repente descubrió que la unidad vehicular de la policía lo estaba siguiendo por lo que decidió devolverse y comunicarle la situación a un amigo que estaba en el parque.
Dijo que decidió tomar la calle Mella para luego doblar a la izquierda por la calle Luperón, cuando escuchó varios disparos muy cerca de él, pero que es lo último que recuerda, pues cuando recobró el conocimiento habían pasado varios días y ya estaba hospitalizado en Santo Domingo.
El amigo de Marlín que estaba en el parque, comunicó a la adolorida madre, que luego de escuchar los disparos vió volver a los policías, quienes le comunicaron que marlín estaba siendo perseguido y había sufrido un deslizamiento a consecuencia de lo cual estaba tirado en una calle cercana; muy asustado, el joven pidió ser llevado al lugar de la tragedia, encontrando tendido en medio de un charco de sangre a su amigo, el cual creyó muerto.
Tocó su cuello y dijo no haber sentido vida, pero al minuto cuando iba a llamar a la familia para comunicar el caso, observó movimiento en una pierna, pidió al teniente Polanco que lo ayude a subirlo a la camioneta, pero este se negó, por lo que debió, él solo subir el cuerpo sin movimiento ni reacción al vehículo para trasladarlo al hospital de maternidad, donde el medico de servicio no se percató de la gravedad del caso y solo se limitó a ponerle un suero y decir que se trataba de una intoxicación alcohólica, diagnostico, que estaba muy lejos de la realidad, toda vez que el paciente estaba a punto de morir.
El cirujano Yonis de la Rosa Paniagua del grupo médico San Martín diagnosticó: trauma cráneo facial, politraumatismo, trauma cerrado de abdomen con perforación de asa del yeyuno, peritonitis generalizada por abundante contenido intestinal de cavidad.
Laceraciones múltiples horizontales en pared abdominal, fractura de tibia izquierda cerrada, herida en pierna izquierda entre otros golpes.
Según el cirujano fue necesario practicarle una operación de emergencia, debido a la perforación del intestino delgado, lo que ponía su vida en peligro.
Quien pagará por esa monstruosidad, se pregunta la madre de la victima.
El presidente de la junta de vecinos de las 10 casitas y pastor evangélico, junto a dirigentes deportivos y la madre del joven claman por justicia, tras calificar la acción como un crimen que debe ser sancionado.
Si le hacen esto al hijo de un mayor de la policía, imaginese a un hijo de machepa.
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