Por Lauritz Thompson y Maribel Casilla
Eduardo Antigua (pelegrín), nació en Villa Altagracia el 13 de septiembre del año 1950 en el seno de un hogar integrado plor sus progenitores y once hermanos. En sus años escolares fue calificado como mejor estudiante de 8vo. grado, lo que le permitió obtener una beca para estudiar en el entonces Instituto Comercial David, que en aquellos años se especializaba en la enseñanza de la mecanografía.
Años después Eduardo Pelegrín se desempeñó como profesor de taquigrafía, además de secretario del padre Hirujo, sacerdote de la iglesia católica Nuestra Señora de la Altagracia, en ese tiempo.
Luego comenzó sus estudios tecnológicos en el politécnico Loyola en San Cristóbal, más tarde, se graduó de Perito Industrial y luego fue profesor de Tecnología Eléctrica en el Instituto Tecnológico Saleciano. También trabajó en Zero Internacional y fue master en tecnología eléctrica en México.
Actualmente pertenece a la Unión Local de Nueva York, que agrupa a los técnicos en computadoras, seguridad y electricidad.
Durante la década de los años 70, cuando el béisbol obtuvo su más alto nivel como pasatiempo favorito de los villaltagracianos, Villa tuvo diferentes jugadores, procedentes de diversas regiones del país, pero en su mayoría de este municipio.
Entre los amantes del béisbol que fueron los pioneros en organizar este deporte en esta población y zonas aledañas se encontraron: Leonor Batista, considerado como el pionero del béisbol infantil, Danilo Acevedo, definido como el mejor bateador nacido en Villa Altagracia de todos los tiempos y que se dedicó a las ligas mayores, también Guarionex Montás, Belarminio, Beliar, Carlos y muchos más que hicieron un aporte valioso al final de la década de los 70 y principio de los años 80.
“El equipo formado por Belarminio, Paco, Babelo, Nápole, Cuevas, Encatao, Belky Báez, Picua, Tony, Eduardo Pelegrín, Fernando, Máximo, Ato, Julito y Bobote, se convirtió en el mejor equipo sureño que años anteriores se había convertido en sub-campeón nacional.
Con la llegada de Fernando Acosta, el ascenso con 14 años de Eduardo Pelegrín, Agujita y Máximo Medina, inició la transformación del equipo de Villa. Con el trío Belky Báez, Paco Corporán y Máximo Medina, quienes eran los mejores bateadores de toda la zona sur, logra
ron llevarse todos los honores años tras año, mientras la defensa de Fernando Acosta y Eduardo Pelegrín recordaba a las grandes ligas del momento.
Eduardo Pelegrín, con 14 años de edad cursaba y practicaba béisbol en el Instituto Loyola, donde fue catalogado como el mejor campo corto (siorestop) del sur y quizás del país en esos años, fue preselección nacional para los 12 juegos Centro Americanos y del Caribe celebrado en Santo Domingo. Eduardo jugó como titular del equipo amateur por 17 años y en numerosas ocasiones fue seleccionado en representación de la provincia San Cristóbal.
En 1973, Eduardo Pelegrín, fue miembro del equipo sub-campeón nacional, que perdió la serie contra Santiago. Sus jugadas acrobáticas se recuerdan como anecdotas de Mac Reynoso, Epifanio Guerrero y Mario Guerrero que llenan de orgullo a los villaltagracianos. También se recuerda el triple play que le hizo al equipo de la Policía Nacional o las jugadas en el estadio Quisqueya entre los dos equipos de Villa.
Al igual que Eduardo Pelegrín, Julio Espinosa se convirtió en una celebridad categoría amateur a muy temprana edad, a los 16 años fue promovido al equipo superior de Villa Altagracia, que en ese tiempo contaba con dos equipos para representar el pueblo en el torneo Nacional: El equipo del Central Catarey y el representativo del municipio de Villa.
Julito Espinosa solo jugó tres años, en los que fue seleccionado para representar la parte sur,. En una ocasión ganó dos juegos en La Romana y luego de esta actuación fue firmado por las Aguilas Cibaeñas. Villa Altagracia produjo una gran cantidad de beisbolistas de calidad como La Picúa, Bobote, Califé, Cuatrico, Beby, Danilo Cuevas, Fernando, pero el primer y más recordado pitcher nuestro Annulfo Espinosa.
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