Editorial

La perversidad de una calumnia maldita

El alcalde de New York incurrió en una calumnia maldita, cuando se refirió de manera malsana a lo que él llamó deportaciones masivas de haitianos desde la República Dominicana, procediendo de manera perversa a pedir que se inicie un boicot al turismo dominicano, lo que es equivalente a un bloqueoque, de llevarse a cabo podría provocar el colapso de esa importante actividad que genera miles de millones de dólares a nuestro país.

Se trata de un llamado temerario e injusto en contra del país que ha sido mas solidario con los haitianos, no solo por la acogida que se le da a mas de un millón de inmigrantes, sino porque como país hicimos nuestro el dolor del pueblo haitiano cuando fue devastado por el funesto cismo que provocó la muerte a más de 300 mil, y porque le ofrecemos empleo, aún siendo indocumentados, porque las parturientas haitianas son asistidas en los hospitales dominicanos de manera gratuita y los que prefieren estudiar, están matriculados en escuelas y universidades.

Ningún país ha dado tanto a los haitianos, como la República Dominicana, de modo que el señor Diblasio, está incurriendo en un pronunciamiento temerario y mendaz, porque sobre todo parte de una vulgar mentira, toda vez que el gobierno dominicano no ha realizado una sola deportación, al contrario muchos ciudadanos haitianos que no pudieron completar el proceso de naturalización decidieron marcharse voluntariamente a su país.

República Dominicana determinó poner en ejecución un plan de regularización para que todos los inmigrantes indocumentados normalizaran sus estatus, pero muchos no pudieron y eso no es la culpa del gobierno.