riminales de la policía en Villa Altagracia, quienes pretendía hacerlo confesar un delito que asegura no cometió.
Juan Carlos de los Santos dijo que los policías llegaron a su casa a las cuatro de la mañana del pasado viernes y procedieron a romper la puerta y entrar mientras dormía sin orden de un juez ni la presencia de un fiscal.
Narró que los agentes comenzaron a torturarlo en su propia casa, donde fue esposado, mientras los policías volteaban todo buscando un revólver calibre 38 que le fue robado a una coronel en Santo Domingo, y que el presunto responsable de este robo alega haberle entregado a él.
Insiste que no tiene nada que ver con este hecho, pero que aún así los policías le torturaron hasta el cansancio, pusieron al car
bón, le introdujeron la cabeza en una funda negra, le golpearon con un palo el la espalda, las costillas, el abdomen, le presionaron la columna y otras barbaries.
Expresó que ahora tiene dificultad para respirar y hasta comer le molesta, pues se siente destrozado por dentro.
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