lunes, 24 de diciembre de 2012

MUERE ATROPELLADO POR CAMIONETA


Falleció atropellado por una camioneta el nombrado Rafael Rosario Acevedo (Rafaelito), uno de los personajes más pintorescos de Villa Altagracia.
El hecho se produjo la noche del domingo en las proximidades del hotel Puerta Blanca en las inmediaciones del Barrio Duarte de esta localidad.
Rafaelito fue atropellado por una camioneta Nissan color blanco, placa L287297, que le produjo la muerte de manera instantánea y la cual era  conducida  por Marino Mateo, de 48 años, quien fue apresado para ser sometido a los tribunales.
De trato afable, un hombre callado, conocedor y conocido de todos los villaltagracianos y que laboró por muchos años como gomero en la bomba de gasolina ESSO propiedad del fallecido Domingo Veras.
Pese a que en los últimos años de su vida, se convirtió en un hombre taciturno, que conversaba poco con las personas, le gustaba la bebida, pero nunca le faltó el respeto a nadie y distinguía siempre a sus amigos con un saludo respetuoso.
Siempre recordaré a Rafaelito cuando desempeñaba la función de supervisor electoral del  PRD en las elecciones del año 1966 siendo él todavía un hombre equilibrado que amaba su partido.
Después de esas elecciones se dedicó a su oficio de gomero en la estación de servicios ESSO de Domingo Veras de donde se independizó y se estableció al lado del puente sobre arroyo Majuana.
Amante de las cervezas, las que ingería  en demasía  con el dinero ganado en su oficio  de gomero, fue cayendo en el abandono de su cuerpo  hasta convertirse en una persona que por su indumentaria, sus barbas descuidadas y un abandono total de su figura se convirtió en un personaje de referencia en este pueblo. ¿Quién no conocía o había visto a Rafaelito deambulando por estas calles recogiendo cuanto cachivaches hallara a su paso?.
La verdad es que hacía muchos años no veía a Rafaelito andando en horas de la noche ya que se recogía temprano en su cuartucho de un patio de la calle Enriquillo donde vivía como un ermitaño, por lo que nos sorprendió el hecho de que falleciera en horas de la noche y por rutas que él no frecuentaba caminar.
Algunas veces nos juntábamos en la relojería de Miguelito Paulus en el puente Majuana  y yo para verlo feliz le recordaba su época de supervisor electoral del PRD y él sonreía orgulloso de sus luchas en esos años que para él fueron gloriosos.

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